El Día de la Visibilidad Lésbica es un buen momento para recordar que las parejas de lesbianas disponen de una manera de tener hijos que les permite participar ambas en el embarazo. Se conoce como método ROPA y se basa en que una de las dos mujeres dona el ovocito, mientras que la otra se convierte en la gestante. Sin duda, es un gran avance de las técnicas de reproducción asistida, pero cuenta con un requisito que llama bastante la atención: la pareja debe estar casada.
Esto es necesario en el caso de las lesbianas, pero no en el de las parejas heterosexuales. Si una pareja compuesta por un hombre y una mujer solicita someterse a un tratamiento de reproducción asistida no se les impone como requisito el matrimonio. Cabe destacar que en el caso de que dos mujeres quieran tener un hijo por cualquier vía que no sea el método ROPA tampoco necesitan estar casadas. Pero en ese caso el bebé será solo una de ellas y el otro, llegado el caso, tendría que adoptarlo.
Todo esto se debe a que la ley 14/2006 de Reproducción Asistida establece que la donación de gametos (ovocitos y espermatozoides) debe ser anónima. Si una pareja de lesbianas que no están casadas se someten al método ROPA, la que pone el ovocito contaría como donante y no sería anónima. En cambio, si se trata de un matrimonio, ese ovocito formaría parte del propio tratamiento de la paciente. No sería una donación.
¿En qué consiste el método ROPA?
El método ROPA fue muy sonado recientemente, pues lo han usado las influencers Dulceida y Alba Paul para tener su primer hijo. Es un método por el que las dos mujeres pueden participar en la gestación del bebé con papeles distintos. Por un lado, una se somete a estimulación ovárica, de tal manera que se le puedan extraer los ovocitos que se fecundan en el laboratorio a través de semen de donante. Una vez que se obtiene el embrión, este se transfiere a la otra mujer, que será la gestante.
En el caso de Dulceida y Alba, sí que están casadas, de modo que la segunda, que ha sido la que ha puesto el ovocito, no contaría como donante, sino como paciente. Cuando nazca el bebé, será hijo legal de ambas, a pesar de que Dulceida sea la gestante.
Diferencias entre parejas de lesbianas y heterosexuales
Cuando una pareja heterosexual se somete a cualquier tratamiento de reproducción asistida no se les pide certificado de matrimonio. Ni siquiera de pareja de hecho. Simplemente se suele hacer una entrevista para comprobar que, efectivamente, son pareja.
Las parejas de lesbianas tampoco tienen que demostrar que están casadas si el tratamiento se realiza simplemente con semen de donante. Pero sí para el método ROPA. Ahora bien, ¿hasta qué punto es eso justo?
¿Podrían dos mujeres hacerse pasar por lesbianas y someterse a un tratamiento mediante ROPA sin ser pareja? Por supuesto que podría ocurrir. ¿Podría una mujer que quiera tener un hijo con los genes de su mejor amigo fingir que es su pareja y someterse a un tratamiento de reproducción asistida con su semen? Efectivamente.
En ambos casos podría cometerse un fraude, pero en el caso de las parejas heterosexuales se presupone que con una simple entrevista se puede saber si son pareja. Con las lesbianas, en cambio, no.
Donar semen es bastante sencillo. No implica ningún tipo de dolor ni se requieren tratamientos previos. Para extraer los ovocitos es necesario someterse a un tratamiento de estimulación previa y luego la extracción se lleva a cabo mediante una intervención quirúrgica. Si una mujer está dispuesta a eso es más probable que esté muy involucrada afectivamente con la otra persona en comparación con un hombre.
Aun así, puede llegar a ser comprensible el temor al fraude. Lo que resulta curioso es que ese temor solo se decante hacia un lado de la balanza. Recientemente ya se generó un gran revuelo por una clínica que vetaba a las parejas heterosexuales que no estuviesen casadas. ¿Qué pasa con el resto?