Pedro (nombre ficticio) tiene 30 años. Hace mucho tiempo que no le pasa. Sin embargo, recuerda que cuando estaba en la Universidad era frecuente que un bostezo le desencadenase inmediatamente una erección. No le ocurría siempre que bostezaba. Generalmente era cuando estaba cansado, sobre todo si se encontraba sentado o tumbado. Pero no fue algo excepcional. La erección por bostezo era bastante frecuente en su vida.
El caso de Pedro no es único, ni muchísimo menos. Una gran número de investigaciones se han centrado en analizar las posibles causas por las que estos dos fenómenos, aparentemente sin ninguna relación, aparecen conectados en ciertas personas.
Muchos de esos estudios se han llevado a cabo en roedores, pero también se ha analizado en primates, incluyendo a los humanos. Las causas de la erección por bostezo no están claras al 100%, pero se cree que, sobre todo, hay dos hormonas implicadas: la dopamina y la testosterona. Veamos cómo influye cada una.
No tiene nada que ver con la excitación sexual
Si bien las erecciones suelen ser el resultado de la excitación sexual, la erección por bostezo no tiene nada que ver. “Cuando pasaba no tenía ningún pensamiento sexual ni nada relacionado”, recuerda Pedro. “Ni antes ni después de la erección”.
No obstante, sí que parece que hay cierta relación con una hormona asociada a la excitación sexual: la testosterona.
Según explicó en declaraciones a LA Times el psicólogo de la Universidad de Temple Ronald Baenninger, se ha visto que los primates no humanos con niveles más altos de testosterona tienden a bostezar más. De hecho, los machos bostezan el doble que las hembras.
Esto tiene sentido, ya que la testosterona estimula la liberación de óxido nítrico en las terminaciones nerviosas y el endotelio vascular del pene. Dicha liberación favorece que se relajen los músculos de los cuerpos cavernosos, que constituyen la zona del pene responsable de la erección. Al relajarse las paredes, estos pueden llenarse de sangre, aumentando su volumen y alcanzando ese aspecto rígido del pene erecto.
Por otro lado, se sabe que el óxido nítrico también tiene relación con la aparición de bostezos. Así, si la testosterona y el óxido nítrico favorecen tanto los bostezos como la erección, no es extraño que también pueda producirse una erección por bostezo.
Otros factores en común de la erección y el bostezo
Los motivos por los que se producen los bostezos han sido muy discutidos por los científicos durante años. Una de las hipótesis más aceptadas es que cuando estamos cansados o tenemos sueño tendemos a respirar con menos intensidad, de manera que introducimos menos aire en los pulmones. Por eso, nuestro cerebro de vez en cuando nos incita a inspirar muy fuerte, obteniendo un aporte de oxígeno suficiente para mantener nuestras células saludables.
Es una hipótesis con mucho sentido. No obstante, las vías que llevan a que esto ocurra fueron un misterio durante mucho tiempo. Se empezó a entender el proceso al comprobar que la apomorfina, un fármaco que estimula los receptores de dopamina, inducía un aumento de los bostezos. Esto llevó a pensar que la dopamina, asociada normalmente con los sistemas de recompensa del cerebro, podría tener un papel importante en el desarrollo de bostezos.
Pero lo más curioso es que, con el tiempo, se vio que la apomorfina también puede desencadenar erecciones. Además, en investigaciones posteriores se ha registrado que ciertos antidepresivos pueden producir un aumento del número de bostezos durante el día y, a su vez, una mayor excitación sexual. Hay algunos antidepresivos que generan el efecto totalmente contrario. Reducen la líbido. No obstante, los que promueven los bostezos parecen aumentar también ese deseo sexual.
El papel de las erecciones matutinas
En el caso de Pedro, nos cuenta que la erección por bostezo era habitual solamente cuando estaba cansado, por la mañana o después de comer. “No recuerdo por ejemplo estar una noche de fiesta y que ocurriese”.
Esto puede estar relacionado con el hecho de que al despertar también son habituales las erecciones que no tienen nada que ver con la excitación sexual. Se trata de las famosas erecciones matutinas. Estas se producen para regenerar y revitalizar los tejidos del pene, gracias al oxígeno que entra al órgano con la sangre que causa la erección.
Si alguien es propenso a la erección por bostezo, como le ocurría a Pedro en su época de estudiante, es posible que estos dos fenómenos se retroalimentasen entre sí.
En definitiva, si te pasa como a Pedro, no te preocupes, porque no eres un bicho raro. Simplemente la dopamina, la testosterona y el óxido nítrico fluyen perfectamente por tu cuerpo. Ese es el quid de la cuestión.